Fallo sistema reparto de alimentos mundial

Fallo sistema reparto de alimentos mundial.- El final de del 2021 ha revelado la fragilidad de los sistemas alimentarios ante perturbaciones repentinas como las observadas durante la pandemia COVID-19. Estas interrupciones han aumentado el número de personas con acceso limitado o nulo a los alimentos en el mundo. Hoy en día, fallos de alimentación mundial dejan más de 811 millones de personas padecen hambre, según estudios recientes.

El informe El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA) 2021, publicado en noviembre por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), afirma que tres mil millones de personas no pueden permitirse dietas saludables, y otros mil millones pronto podrían unirse a estas filas si la crisis de la pandemia reduce sus ingresos en un tercio.

Fallo sistema reparto de alimentos mundial

Fallo sistema reparto de alimentos mundial

Según las proyecciones actuales, si continúa una alteración en las rutas de transporte de productos alimenticios como viene siendo desde el inicio de la pandemia, el costo de los alimentos podría sufrir un incremento. Este aumento afectaría en gran medida a 845 millones de personas.

Estas perturbaciones afectarían a las tendencias a largo plazo del sistema alimentario mundial, el bienestar de las personas, sus activos, sus medios de vida y seguridad, la capacidad de resistir futuras perturbaciones causadas por fenómenos meteorológicos extremos y el aumento de enfermedades y plagas en plantas y animales.

Antes de la pandemia, ya existían dificultades para cumplir con los compromisos de la comunidad internacional y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, especialmente la erradicación del hambre y la pobreza. Los efectos del COVID-19, junto con el cambio climático, el conflicto armado y el aumento de los precios de los alimentos, podrían seguir agravando estas dificultades.

Los sistemas agroalimentarios globales, relacionados con la compleja producción de productos agrícolas alimenticios y no alimenticios, así como su almacenamiento, procesamiento, transporte, distribución y consumo, producen 11 mil millones de toneladas de alimentos al año y emplean a miles de millones de personas, ya sea directa o indirectamente.

Brasil muestra real del fallo reparto de alimentos

El reciente informe de la FAO analiza si los países de ingresos bajos enfrentan mayores dificultades como resultado de los impactos de la pandemia que los países de ingresos medianos y altos. Luego de analizar esta situación específica en más de 100 países, el informe confirma la tendencia de que los países de bajos ingresos enfrentan mayores dificultades; sin embargo, los países de ingresos medios y altos no están excluidos de estos impactos negativos.

Tal es el caso de países de renta media como Brasil, donde el 60% del valor de sus exportaciones proviene de un único socio comercial, lo que reduce sus opciones si su principal contraparte se ve afectada por las disrupciones generadas por COVID-19.

Lo mismo puede suceder en países de altos ingresos, como Canadá o Australia, si están expuestos a variantes de transporte debido a las largas distancias necesarias para cubrir la distribución de alimentos.

Según estudios de expertos recientes, la reducción de las conexiones esenciales en la red de distribución podría hacer que el tiempo de transporte local aumente en un 20% o más, aumentando así los costos de los alimentos y los precios para los consumidores.

Fallo sistema reparto de alimentos mundial

Resiliencia de sistemas agroalimentarios mundiales

La resiliencia en los sistemas agroalimentarios por parte de los gobiernos debe ser una de las principales estrategias para responder a los desafíos actuales y futuros, buscando diversificar fuentes de insumos, producción, mercados, cadena de suministro y actores, apoyando la creación de pequeñas y medianas empresas, cooperativas, consorcios y otros grupos para mantener la diversidad en las cadenas de valor agroalimentarias.

Además, se debe mejorar la resiliencia de los hogares vulnerables para garantizar un mundo sin hambre, mediante un mayor acceso a activos, fuentes de ingresos diversificadas y programas de protección social en caso de crisis.

Hoy en día, las explotaciones agrícolas familiares representan el 90% de todas las explotaciones agrícolas del mundo. La FAO estableció una plataforma técnica para la agricultura familiar con el objetivo de fomentar la innovación y el intercambio de información entre regiones.

Según el Director General de la FAO, QU Dongyu, cuando se comparten recursos y conocimientos “la innovación se acelera”, y si bien “esta plataforma nos permitirá pensar en grande, también facilitará la adopción de medidas concretas” que a su vez permitir la conservación de la biodiversidad. Esto representa el primer paso hacia la transformación rural.

Relación entre nutrición agrícola y cambio climático

La relación entre la nutrición agrícola y el cambio climático es otro componente destacado de los shocks que han continuado ocurriendo en 2021.

El aumento de las temperaturas y el creciente impacto de los efectos atmosféricos radicales están afectando exponencialmente a la agricultura, provocando un aumento en los precios de las materias primas como lo registran las tendencias recientes y, en consecuencia, agravando las condiciones de hambre y desnutrición.

De continuar esta tendencia, en 2050 la producción agroalimentaria descenderá alrededor de un 10%, en un momento en el que se produciría un fuerte aumento de la población mundial.

Alimentación mundial con necesidad de inversiones y contribuciones

También existen oportunidades para revertir estas tendencias relacionadas con la agricultura, la alimentación y el medio ambiente, pero para que esto suceda se necesitan mayores inversiones en este sector.

Desde la agricultura de precisión y los sistemas de alerta temprana, hasta la mejora del uso de los residuos alimentarios y su conversión en energía limpia, hasta el uso del agua de manera más eficiente, ya se están llevando a cabo muchas prácticas en diferentes países. Estas soluciones ofrecen un sentido de esperanza y muestran que podemos revertir las actuales tendencias negativas. Al reflexionar sobre las dificultades del año pasado, debemos seguir trabajando para encontrar soluciones concretas en lugar de solo señalar las dificultades que enfrenta el futuro de la industria agroalimentaria.