Historia del urbanismo de las ciudades contemporáneas

Historia urbanismo ciudades contemporáneas ➤ Las ciudades se desarrollan, fundamentalmente, como proyectos sin tener muy en cuenta los espacios públicos, ni el tejido social existente en ellos. Esto ocasiona problemas en las estructuras originales que se van perdiendo en detrimento de nuevas disposiciones urbanísticas.

Veamos cómo es la realidad en las ciudades contemporáneas y cómo ha evolucionado esto en la historia:

Historia del urbanismo de las ciudades

Desde sus remotos orígenes, con la constitución de ciudades medievales en el siglo XI, la problemática de la concentración de una pluralidad de personas en un mismo espacio compartido fue uno de los enemigos fundamentales de reyes, príncipes, Iglesias y Estados.

Por entonces, campesinos, artesanos, obreros asalariados e, incluso, pequeño burgueses, pusieron en marcha, en algunas ciudades y no siempre libres de contradicciones, constituciones políticas que fueron dando lugar, con el tiempo, a discursos sobre la posibilidad del autogobierno de las ciudades. La cuestión fundamental en estos discursos fue cómo organizar a esa pluralidad de personas y grupos. Cómo podía conseguirse que todos formaran parte, en condiciones de igualdad, del ejercicio del autogobierno. El objetivo era, al fin y al cabo, juntarse para poder hacerle frente, entre todos, a una nueva y compleja realidad que cambiaría la historia urbanismo ciudades contemporáneas.

[bctt tweet=”problemática de la concentración de una pluralidad de #personas en un mismo #espacio compartido ha sido una constante en la historia urbanismo ciudades contemporáneas “]

Estado moderno frente al autogobierno de las ciudades

A partir de entonces, el urbanismo de las ciudades plantearía estos discursos como el enemigo a combatir. Para ello, había que proyectar una ciudad donde los espacios públicos y las relaciones sociales plurales quedaran aniquilados.

En el siglo XVI, la constitución del Estado moderno mermaría considerablemente los discursos del autogobierno de las ciudades. Es más, podemos decir que el Estado moderno se constituye desde el momento en el que desarrolla un dominio sobre la ciudad que destruye los fundamentos y las posibilidades del autogobierno. Sin embargo, el mismo Estado moderno iba a desarrollar un nuevo tipo de ciudad que le era necesaria y consustancial, la ciudad moderna o ciudad contemporanea.

La ciudad moderna o ciudad contemporánea

Un nuevo hito en la historia urbanismo ciudades contemporáneas fue la ciudad moderna, fundamento de la ciudad contemporánea, iba a dar lugar a nuevas modalidades de espacios urbanos y relaciones sociales focos de nuevos problemas. Estos problemas explotaron de modo manifiesto alrededor del siglo XVIII, cuando la explosión demográfica y las diferentes revoluciones industriales y tecnológicas. Con ellas se trasformaron irreversiblemente las ciudades, y más concretamente el urbanismo de la ciudad moderna.

El aumento de la población, la complejidad progresiva de los aparatos productivos y de las relaciones mercantiles y comerciales, se hicieron patentes. Y acabaron por consolidar a la ciudad moderna como un espacio de concentración de poder, capital y personas. Y fue aquí, en la ciudad contemporánea, donde el urbanismo encontró el objeto definitivo donde aplicarse. Tratar de evitar que la concentración de personas diera lugar a revueltas y revoluciones.

Encierro de las personas en instituciones disciplinarias

Así, a la par que las convulsiones políticas de la Edad Moderna, el urbanismo de las ciudades fue consolidando sus nuevas prácticas y discursos. Uno de los mecanismos clásicos del urbanismo, poco estudiado en cuanto tal, ha sido y es el encierro de personas en instituciones disciplinarias.

El Estado moderno, desde sus orígenes en el siglo XVI, pero sobre todo a partir del siglo XVIII, multiplicó estas instituciones. Al hacerlo, se construyó un nuevo modelo de ciudad o, más bien, hizo frente a las problemáticas sociales que esa ciudad trajo consigo. Cárceles, hospitales, psiquiátricos, escuelas, fábricas son, antes que ninguna otra cosa, instituciones urbanas construidas para atacar la revueltas y las revoluciones de la Edad Moderna.

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No cabe duda que esto marcaría la historia urbanismo ciudades contemporáneas en un futuro ya cercano.

Objetivo de los encierros instituciones disciplinarias

La historia del urbanismo ha mostrado como el objeto fundamental de estas instituciones es reconstituir delincuentes, enfermos, locos, alumnos, trabajadores.

El encierro logra, a través del control de unas prácticas ordenadas en un espacio y un tiempo determinado, categorizar y etiquetar a las personas de tal modo que estas no puedan desarrollar sus relaciones sociales de modo satisfactorio.

Un delincuente, un enfermo, un loco, un alumno, un trabajador, son personas que, por definición, están separados de los otros. Así que se encuentran con obstáculos espaciales, temporales y corporales para relacionarse. Quebrando de este modo las relaciones sociales, el urbanismo impide que las personas, diferentes y plurales, se relacionen en condiciones de igualdad, fundamento del autogobierno de las ciudades.

Ciudad contemporánea

Ahora en la historia del urbanismo es cuando se sustituye la diferencia y la pluralidad por un etiquetado que separa a las personas en la ciudad contemporánea. A la vez que las convierte en cuerpos disciplinados sin relación social ni potencialidad política.

Pero quizás, en la ciudad contemporánea, la técnica dominante del urbanismo no sea el encierro de personas en instituciones disciplinarias. Con la importancia crucial que estas siguen teniendo sobre la existencia de los cuerpos disciplinados, poco a poco, de múltiples formas, sus puertas se van abriendo y sus muros cayendo.

Con todo ello, esta nueva técnica de urbanismo de las ciudades que apunta a resolver los problemas tiene una bonita historia. Que te contamos aquí en la historia urbanismo ciudades contemporáneas

Ciudad capitalista

Si se recoge el concepto de «ciudad capitalista» hay que hacerlo en un sentido preciso. No tanto porque la ciudad contemporánea sea capitalista al seguir la lógica de producción y acumulación de beneficios, sino porque el capital es urbano al desarrollar unas técnicas de dominio que se comprenden, fundamentalmente, por construir un tipo de ciudad contemporánea con un claro objetivo político.

El liberalismo manifiesto en urbanismo de las ciudades

Así, el liberalismo, desde el siglo XVIII hasta hoy, a la vez que apuesta por la no intervención del Estado en la economía, potencia un incremento exponencial de sus poderes sobre la sociedad.

O mejor dicho, el liberalismo defiende una intervención máxima del Estado sobre el medio (urbano) donde se desarrolla el mercado. Esto le obliga a hacerlo de modo óptimo. Por ello, la historia del urbanismo ha mostrado que la ciencia del liberalismo es en esencia, el urbanismo en sí. Por eso es tan importante el liberalismo para la Historia del urbanismo ciudades contemporáneas. Es la construcción de una ciudad determinada. No es solo como el enésimo mecanismo de obtención de beneficios, sino como un nuevo modo de dominar a las personas, de destruir espacios públicos y relaciones sociales.

Irrumpe el liberalismo en la historia del urbanismo

[bctt tweet=”el Estado liberal busca, con la intervención urbana sobre la sociedad, que esta funcione según una lógica empresarial”]

Al fin y al cabo, era una nueva técnica para destruir, constante y sistemáticamente, los fundamentos del autogobierno. Se podría decir, siguiendo interpretaciones economicistas, que el Estado liberal busca, con la intervención urbana sobre la sociedad, que esta funcione según una lógica empresarial. Es decir, que cada persona se convierta en un pequeño empresario produciendo y acumulando capital. Pero lograr que las personas conciban su existencia como una empresa tiene una relevancia política más allá de la lógica del beneficio.

La ciudad contemporánea y el urbanismo

Recientemente en la historia urbanismo ciudades contemporánea se despliega una serie de políticas generales sobre el medio urbano donde se encuentra la población, construyendo hábitats saludables a la medida del ciudadano. Se consigue urbanizando y renovando calles y plazas, ejecutando políticas sectoriales de viviendas y análisis medio-ambientales por barrios. Todo ello no está más que persiguiendo intereses económicos.

Cuando el urbanismo de la ciudad contemporánea empieza a tener en cuenta la situación vital del conjunto de los ciudadanos. Es cuando se hace cargo de las cuestiones de la higiene, de la salud, de la alimentación saludable, de la integración social.

Es un momento importante en la historia urbanismo ciudades contemporáneas. Tiene como objetivo fundamental la construcción de una nueva realidad. Esta será una vida cotidiana profundamente desarrollada y diversificada. Existirá un mercado de modos de vidas diferentes al que los ciudadanos pueden acceder de modo continuado.

La consecuencia de esto será una cotidianeidad generalizada tan absorbente que cualquier proyecto que la trascienda, como el proyecto colectivo del autogobierno, pierde significado y se hace más y más difícil.

Situaciones adversas en las ciudades contemporáneas

Este artículo sobre la historia urbanismo ciudades contemporáneas está escrito en una época en la que diferentes países Occidentales sufren acontecimientos históricos. Pero sin embargo, las condiciones de la vida cotidiana de sus ciudades no se ven alteradas de ningún modo.

En Japón, las personas siguen haciendo cola para acceder a instituciones y supermercados. Pero sus narices siguen respirando sustancias radioactivas que ponen su supervivencia en riesgo.

La ciudad contemporánea española

En España, cuatro millones y medio de personas han dejado de tener ingresos económicos, por la crisis. Pero la vida cotidiana de sus ciudades sigue como siempre.

El urbanismo de las ciudades contemporáneas ha logrado construir un medio en el que impera la obsesión por la vida. Esto imposibilita que los acontecimientos históricos y políticos logren adquirir la significación necesaria para alterar las cosas. Lo único que importa es vivir.

[bctt tweet=”la historia del urbanismo es la historia que constituye la actualidad: destrucción (casi) definitiva de los espacios públicos y de las relaciones sociales”]

En este sentido, es necesario apuntar como la obsesión por nuestras vidas cotidianas ha calado hondo. Incluso en el pensamiento que se pretende heredero de los discursos del autogobierno de las ciudades.

El nuevo urbanismo de las ciudades para vivir de modo diferente

De tal modo es así, que la política ha dejado de ser una reflexión sobre ello, para convertirse fundamentalmente en un discurso de cómo vivir de modo diferente en la ciudad contemporánea.

Parece como si la historia se volviera a repetir. En la actualidad, se comprende de modo mayoritario que, en líneas generales, el movimiento obrero, al no realizar una crítica del concepto de ‘trabajo‘. Y ocupar las industrias como los medios de producción del momento, no hizo sino reproducir la lógica del capital.

Sin embargo, en un tiempo en que el medio de producción dominante es la reproducción de la vida cotidiana en las ciudades, los diferentes movimientos sociales despliegan una multitud de experiencias vitales alternativas (identidades, autogestión, etc.). Cuya consecuencia fundamental es la producción y reproducción del mercado existencial que el urbanismo busca desplegar.

Un modo de vida diferente y alternativo

La situación política ha llegado a un punto crítico. Cada vez que se le quiere hacer frente a una problemática de la ciudad moderna, se propone un modo de vida diferente y alternativo. Es decir, la utopía ha ocupado el papel de la realidad. La situación llega a ser irritante cuando se piensa que estos políticos quieren hacer como si nada hubiera pasado. Como si la historia urbanismo ciudades contemporáneas de cinco siglos de urbanismo pudieran ser superados aquí y hoy.

Por eso, cada vez que se le quiere hacer frente a un problemática de la ciudad moderna, se ocupan espacios y se realizan encuentros y manifestaciones. Sin embargo, la historia del urbanismo, y más específicamente, la historia urbanismo ciudades contemporáneas constituye la realidad actual.

Conclusiones historia del urbanismo de las ciudades

En la ciudad contemporánea asistimos a la destrucción (casi) definitiva de los espacios públicos y de las relaciones sociales, en pos de centros comerciales para ocio y restauración.  O sociabilizarnos en redes sociales sin ocupar espacio alguno, salvo el sofá de casa.

Si no se tiene muy en cuenta esto, los discursos que se pretenden herederos de la tradición del autogobierno seguirán sin entender los tiempos actuales, ni a sus vecinos. Mientras tanto, la historia del urbanismo continuará.

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